miércoles, 29 de junio de 2011

PRUEBAS AUDITIVAS EN LOS NIÑOS

El las primeras etapas del desarrollo, es esencial que el funcionamiento de a audición sea perfecto porque el desarrollo del lenguaje está muy ligado a éste canal sensorial. 
Hay muchos factores que pueden explicar lesiones estructurales que explican posibles problemas auditivos en los niños. Las otitis recurrentes en el oido medio, alguna lesión timpánica, etc, pueden reducir el nivel de audición pasando este hecho desapercibido ( porque no es una hipoacusia significativa) para padres y profesionales, hasta que aparecen problemas en el área del lenguaje, especialmente fonéticos y fonológicos.
Actualmente existen técnicas de tratamiento de los déficits auditivos eficaces y más si dichos problemas se detectan de forma temprana. Realizar pruebas auditivas  entre el año y los seis años es esencial y más si el niño ha tenido problemas en el parto y/o ha permanecido en una incubadora, padece en esos años infecciones y otitis con frecuencia.
Los logopedas solemos recomendar la realización de pruebas auditivas en niños que tienen problemas de articulación de algunos sonidos o comprensión deficiente del lenguaje oral, si no se les ha hecho nunca ninguna prueba o existe en su historia clínica algún factor de riesgo, para descartar que el origen del problema sea debido a déficits auditivos. Una vez descartada o confirmada la hipótesis, se planificarían las medidas terapéuticas en función de este resultado.
Las pruebas auditivas que se realizan en los niños, no son agresivas y los niños lo pasan bien. Son pruebas lúdicas ( ludoaudiometrías) porque se debe garantizar la colaboración del niño.Para ello emplean ordenadores, muñecos u otros juguetes realizando audiometrías a través del juego.
Los resultados quedan expuestos en un audiograma, que es un gráfico en el que se representan las respuestas que se ha dado a varios sonidos en cuanto a diferentes intensidades y tonos (graves a agudos). Se determina la intensidad más debil que puede oir. Se interpretan así:

   -El tono del sonido se mide en Herzios, y en términos acústicos se referirán a él mediante el término " "frecuencia". El oido humano suele  percibir tonos dentro de los sonidos del habla entre los 300- 3000 Hz. En las pruebas auditivas que se aplican a los niños se explora preferentemente este intervalo.
La intensidad del sonido ( débil o fuerte) se mide en Decibelios.
   Cuando un niño logra oir tonos de entre 0- 15 dB, dentro del intervalo en Hz  de 300-3000, se considera que posee una audición normal. Como referencia, la voz susurrada alcanza lo 25-30 dB.
Diremos que hay pérdida auditiva cada vez más severa, a medida que el niño no logre percibir la intensidad del sonido a partir de los 15 dB, en ese intervalo de 300-3000 Hz.
  • En la pérdida auditiva mínima (15-25 dB), el niño oye lo que se le dice más bajito de lo normal, por lo que estos niños en entornos ruidosos o con mala acústica ( ojo las aulas que suelen cumplir ambas condiciones)no logran oir bastantes palabras en una conversación, por lo que pierden mucha información. Estos niños suelen omitir los fragmentos iniciales y los finales de las palabras cuando conversan.
  • En la pérdida auditiva moderada ( 40-55 dB) el niño oye lo que se le dice como murmullos, aunque perciba la entonación y las pausas del habla, rellenando el contenido de lo que le dicen mediante claves contextuales ( gestos, señales visuales, etc). La expresión verbal es reducida y poseen escaso léxico o vocabulario en uso.
  • En la pérdida auditiva moderada-severa ( 55-70 dB), el niño únicamente percibe sonidos sin que pueda diferenciar los sonidos del habla de los de otras fuentes. Son niños que no logran desarrollar lenguaje hablado. Sólo logran oir su voz si gritan.
Esta clasificación que describo, supondría déficit auditivo en los dos oidos, pero puede y suele ocurrir que únicamente exista pérdida auditiva en un oído, mientras que en  el otro la audición sea normal. También se suele encontrar afectación en ambos oídos, pero de forma asimétrica, es decir nivel de pérdida diferente en uno y otro oído. La pérdida de audición se compensa satisfactoriamente mediante audífonos.
Los logopedas en contexto clínico solemos complementar las pruebas audiológicas aplicadas por el otorrino, con una logoaudiometría o audiometría vocal, para obtener una medida mediante una serie de umbrales psicofisiológicos, de la discriminación auditiva de las palabras y así rehabilitar adecuadamente el lenguaje de los niños con déficits auditivos.


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