Las dificultades de comunicación en pacientes que padecen déficits auditivos, generan ansiedad y problemas emocionales ya que experimentan serias dificultades para adaptarse en un entorno de oyentes.
En general, la gente no tiene en cuenta esta situación y se dirigen a ellos como a los demás.
El colectivo de no oyentes incluye a los ancianos, quienes por razones obvias van perdiendo audición, así como visión y procesan con más lentitud la información sensorial.
La comunicación con ellos mejorará considerablemente si quienes interactuamos con ellos tenemos en cuenta ciertas consideraciones.
- Mirarles de frente cuando hablemos con ellos, de modo que nuestros labios y gestos sean visibles.
- Vocalizar y marcar bien la articulación de los sonidos con movimientos algo exagerados de la boca.
- Acompañar lo que decimos con información contextual y con señales de comunicación no verbal.
- Reforzar su eficacia comunicativa con gestos y señales de feedback, que les indique que están siendo comprendidos o cerciorarnos de que lo que hemos/han comprendido ( mensaje) es lo que querían/ queremos expresar.
- Existen ayudas externas como libretas, que complementan la comunicación.
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